Después de una tormenta emocional sale ese anhelado sol, recuperas tú luz interior, es el momento de retomar aquello que nos hace felices o simplemente nos da paz y de escoger que dejar en el camino, es necesario aligerar equipaje y más livianos retomar nuestra andadura.
Lamentablemente no siempre podemos liberarnos de alguna carga que pesa sobre nosotros, aunque nos provoque desasosiego, existen motivos superiores que nos obligan a ese vínculo, ya sea un trabajo, que a pesar de ser algo tóxico en nuestra vida es lo que nos permite subsistir o alguna relación personal que no es posible dejar atrás, no queda opción que aceptar que debe ser así, por lo menos en ese momento, quizás en un futuro pueda cambiar, siempre queda esa puerta abierta.
Recolocando cada pieza, encajando nuestro puzzle emocional, aunque no sea fácil, lograremos reponernos del desgaste emocional, un periodo que nos ha servido para buscarnos, conocernos mejor, autolimpiarnos, entender que la vida a pesar de sus tropiezos es bella y merece la pena aferrarse a ese hilo que nos hace seguir soñando, amando, buscando metas a las que llegar, errando y acertando, en definitiva, aceptar que esa es nuestra vida...
Magda Jardí
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