La sabiduría del interior es algo inmedible, cuando emocionalmente no estás al cien por cien, algo dentro de ti te da un toque, de algún modo, en ocasiones con molestias físicas, también puedes caer en un decaimiento anímico, sumiéndote en un periodo de melancolía, desanimo, cansancio, te hace saber que necesitas un tiempo para escucharte, buscar tú equilibrio, solucionar aquello que creíamos superado, aunque tan solo era una tregua y sin saber el porqué de repente viene a por ti..
Se dice y es bien cierto, si no hallas la paz en ti, no la busques en otro lugar, hay personas que necesitan compartir esos momentos, conversar, sentir el calor de aquellos con quienes se siente bien, otras simplemente, pasan el bajón en silencio, en soledad, que es una de las mejores terapias, ese tiempo de recogimiento, de pensarte, de recolocarte, ambas opciones son buenas, dependiendo de la fortaleza de quien vive esa situación.
Poco a poco, aquello que parecía nos vencía, se torna pequeño, encoge, aunque no se puede bajar la guardia, no siempre se hace una limpieza emocional total y quizás cuando creemos vivir una etapa de brillo anímico reaparece ese fantasma.
Hay que saber disfrutar al máximo de las buenas etapas y los momentos más simples, las zancadillas de la vida llegan cuando menos las esperas, la caída es rápida, levantarse es como escalar una montaña...
Magda Jardí
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