Muchas veces los adultos no dejamos fluir ese niño que todos llevamos dentro, quizás porque temamos pasar ante los demás como inmaduros, como ridículos; sin duda nuestro "ego" nos condiciona, le damos por momentos más importancia al que dirán que a nuestros deseos de compartir un buen momento; en mi caso cada tanto me permito disfrutar de momentos en los cuales no solo soy feliz participando, sino además hago feliz a los chicos que me invitan a participar y me refiero a jugar al futbol, cabalgar y hasta jugar a la bolita.
La felicidad compartida, acaso no es lo que cada uno más anhela; la otra alternativa seria sonreír solo frente a un espejo, pero para eso creo aún no estar preparado ni tener el tiempo suficiente...Bueno me voy a ver
La felicidad compartida, acaso no es lo que cada uno más anhela; la otra alternativa seria sonreír solo frente a un espejo, pero para eso creo aún no estar preparado ni tener el tiempo suficiente...Bueno me voy a ver